miércoles, 4 de febrero de 2015

¡Pero pijo! ¡Que nos helamos!

¡Pero pijo! ¡Que nos helamos! No es que el grajo estos días vuele bajo, con este frío del carajo el grajo se mete hasta por los zanjos. Aquí en la punta de arriba del altiplano a esto ya estamos acostumbrados y remedios caseros sabemos buscar para el frío poder paliar, el mejor de todos no salir de casa, arrimarse bien pegado a la lumbre o dejar que la cáscara de la estufa el helor de la casa derrumbe. La enagua siempre ha sido buena amiga para que el brasero caliente hasta el flequillo, porque en la calle no se puede estar y es preciso encerrarse para los rigores invernales soportar. Pero claro el ocio siempre es necesario y de entretenimiento los oscenses no sabemos andar precarios. Qué desastre y qué barbaridad que con el frío también tenemos vendaval y las televisiones valen los mismo encendías que apagás, ¡Pero pijo que nos quedamos sin tele! Y es que desde siempre el famoso repetidor se resiente con una miaja de relente. Y ¿a qué se debe la fragilidad de la maldita antena que corona nuestra localidad? El que les informa no tiene ni idea, pero viene siendo igual desde antaño y parece que así será en la eternidad. 


Ya va siendo hora que al pueblo llegue una chispa de modernidad y que por lo menos de buenas antenas podamos gustar. Que les digo yo a ustedes que las ondas por nuestra municipio se pierden como una cabra por un precipicio, y que nunca a nosotros han estado atentos para que tengamos el correcto servicio, pues por todos es bien sabido que los móviles funcionan mejor fuera que dentro del cortijo. Ya se que Huéscar no es ciudad ni gran capital, pero por lo menos para las cuatro criaturicas que quedemos, que menos que poder ver la tele o hablar por teléfono con quién nos apetece. Ahí va la cosa vecinos míos ya ustedes me dicen que les parece este problema que a todos os entorpece.

2 comentarios:

  1. Como que Huescar no es ciudad? Por lo menos titulo tiene. Otra cosa es que nuestros queridísimos gobernante se llenen el bolsillo dejando a la muy nobre y leal Ciudad en calzoncillos. Un saludo

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  2. Creo que el punto flojo está en el suministro eléctrico, pero no hay quien le meta mano a la Sevillana para que lo apañe.

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